martes, 1 de abril de 2014

Se acabó

No se que hacer con mi vida. ¿Hay motivo para tener ilusión semana tras semana? ¿es que me queda algo por esperar? ¿las expectativas alguna vez se colmaran?
¿que haré a partir de ahora? ¿donde mirare? ¿que llenará mi tiempo y mi vacío, mis ratos de soledad? ¿con quien comeré? 


No estoy ciego, se que no eras perfecta. De hecho rozabas a menudo el histrionismo, la exageración, tenias errores, y por ciertas etapas resultabas algo tediosa. Pero me divertí muchísimo contigo, la prueba está en que, en mayor o menor medida, siempre estábamos ahí el uno para el otro. Con tus errores, aun a pesar de ellos, me gustabas. Me sigues gustando.


Una vez todo ha acabado me doy cuenta de que se te puede definir exactamente con la frase de cierta canción: 'mientras la inocencia se alimente de ilusión...'; tenerte a mi lado ha sido, en perspectiva, un viaje que solo puede definirse definiendo la perseverancia e ilusión, la firme creencia en esa vida mejor que, definitivamente, sabemos que nos merecemos.

Se que ese vacío nunca se volverá a llenar. Habrá otras, pero ninguna sustituirá a esta. 
Te voy a echar mucho de menos, mas de lo que he admitido durante todo el tiempo que llevo conociéndote, tiempo en el que siempre he pensado que eras solo un entretenimiento.

Si, voy a echar de menos Como conocí a vuestra madre.

sábado, 15 de marzo de 2014

'I need your clothes, your boots, your motorcycle'

La música es importantisima para todos aquellos que la amamos. ¿Cuantos momentos hemos asociado a ella? ¿Cuantas historias de amor han tenido su correspondiente banda sonora en forma de canción de Demis Roussos? ¿Cuantos paseos por autopista con el tema principal de Regreso al Futuro? ¿Cuantos rollos de una noche con algo de Reaggeton genérico?
Hoy comparto con todos vosotros una canción que es muy importante para mi, no por su letra basada en Terminator (aunque solo eso ya le da muchos puntos), sino porque es la canción que me ayuda a desconectar cuando estoy cabreado.
Porque siempre nos acordamos de las canciones que asociamos a las cosas buenas (o malas), hoy os traigo una que me ayuda a olvidar. La tenéis tras el salto con su correspondiente traducción.

jueves, 13 de marzo de 2014

Thor: Mundo Oscuro

Han pasado dos años de los acontecimientos de la primera película. En este tiempo Thor se ha dedicado a pacificar los 9 reinos, mientras que Jane Foster ha estado investigando para Shield. 
Contra todo pronóstico, a pesar de haberse visto solo un par de días en su vida, que hayan pasado unos 24 meses, que ven a diario a gente del sexo opuesto disponible y compatible, y que entre ellos no tienen nada en común, ambos siguen extrañamente colados el uno por el otro.
Una casualidad relacionada con un alineamiento cósmico (de esos que ocurren una vez cada 5000 años. Si, de esos que has visto ya más veces de las que puedes contar en historias de ficción), unido a que la muchacha estaba en el sitio exacto en el momento justo, hacen que Jane adquiera dentro de su cuerpo un poder (el éter) que, a grandes rasgos, es la principal meta del villano de esta obra. 
Que la muchacha adquiera semejante poder es la excusa cogida de los pelos para que ella y Thor se reencuentren y que ella salga en gran parte del metraje. Tanta casualidad provoca que las barreras de la física, la realidad y de nuestra suspensión de la incredulidad se tambaleen.

miércoles, 12 de marzo de 2014

¿Vuelvo esta vez de verdad?

No soy quien para hablar de renaceres.

Conozco muchos Fénix que han vivido y superado cosas verdaderamente graves, el tipo de cosas que a mí me dejarían tendido en el suelo, quizá sonriendo y sin hablar. Es a ellos a quien corresponde contar historias de auténtica superación personal, de perseverancia, de, en suma, agallas.
Escribo esto motivado, en parte, por haber oído de labios de uno de estos Fénix (hace algunas horas) como superó su último escalón.
Está claro, no soy un Fenix.

Conozco también a auténticos anélidos carentes de motivación real. A ellos les dejo la responsabilidad de que la falta de responsabilidad siga existiendo. Seguid ahí y no cambiéis, os necesito para recordar cómo no quiero ser. Seguro que siempre va a haber alguien que os saque  las castañas del fuego, claro que sí.
Está claro, no soy un anélido.

No soy ningún héroe, no pretendo cambiar las reglas de la sociedad, no tengo la candidez y falta de conocimiento de la vida real necesaria para pensar que puedo vivir la vida que quiero sin esfuerzo. Y no tengo la arrogancia y los redaños para pretender cambiar un mundo que no quiere (y honestamente pienso que no puede) ser cambiado.

Sencillamente soy una persona como la mayoría, abrumado por las responsabilidades de la vida. He ido dejando atrás lo que he pensado que no era inmediatamente importante. Si a 24 horas diarias le quitamos 11 o 14 de trabajo y responsabilidades, 6 o 7 de sueño, las 3 o 7 que sobran prefiero aprovecharlas desfogándome en mundos de papel o con esa cervecita o café (típica excusa para ver a otros seres humanos), no delante de una pantalla escribiendo.
Y así es como uno deja de subir contenido aquí.

Está claro que no soy quien para hablar de renaceres, a ver cuánto dura este.
Pero si puedo prometer una cosa: mañana subo una crítica de Thor: Mundo oscuro que escribí en diciembre.
Pasito a pasito.


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